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miércoles, 27 de mayo de 2015

Comunidades con grandes atractivos, alejadas de la mirada turística.

Al cuestionamiento que algunas personas se hacen al conocer una comunidad rural o indígena y quedarse impresionados por una parte, por la gran cantidad de atractivos que encuentran y por la otra, una visible pobreza y marginación, sin duda una respuesta vendría a ser que aún falta mucho por hacer en el terreno del turismo rural y comunitario sostenible.

El turismo sostenible según la definición de la Organización Mundial de Turismo, es el turismo que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas.

Concebido así, el turismo implica una serie de acciones que se ejecutan desde y con la comunidad local y tienen que ver con el cuidado del medio ambiente, respeto a las culturas, aprovechamiento de los saberes tradicionales, producciones emblemáticas, generación de nuevas fuentes de empleo, integración de diversos actores locales al negocio turístico, desarrollo cultural en beneficio de la propia comunidad y de quienes los visitan, capacitaciones para llegar a buen fin un plan de negocio que se define previamente, además de aprender las herramientas necesarias para el servicio turístico.

¿Cómo lograría una comunidad concebirse ante un panorama turístico y desde allí una oportunidad para su desarrollo? 

Lo fundamental ante todo es tomar conciencia de manera colectiva que existe una necesidad y una solución posible a través de una estrategia turística. La realidad de gran número de comunidades rurales e indígenas en México se retrata con rezagos en aspectos que van desde la vivienda, alimentación, salud, educación, desarrollo humano, entre otros aspectos que se reflejan en una situación de pobreza, desigualdad, falta de fuentes de empleo, migración, inseguridad entre otros aspectos negativos.

Identificar y accionar un proceso de transformación colectiva en una comunidad rural o indígena no es un proceso sencillo, la razón principal es la complejidad en la toma de acuerdos colectivos.  Por otra parte, y quizá el mayor reto, el cómo llevar adelante una idea o proyecto.  En esta parte del proceso es donde se quedan muchas intenciones y esfuerzos realizados por la comunidad, porque si bien, puede contarse con un muy buen proyecto, la inversión que requiere para su implementación, es una seria dificultad.

En nuestro país, existen diversos programas en los tres niveles de gobierno, cuyo objetivo es atender a las comunidades más pobres y marginadas del sector rural para contribuir a su desarrollo, pero al mismo tiempo, estos programas no son suficientes para atender la enorme población que lo necesita o bien, insuficientes en su alcance.

Nos encontramos ante esta problemática que aún sin definirla a cabalidad, se puede visualizar desde la inexistencia de una clara y precisa política pública para el desarrollo de un turismo sostenible hacia las comunidades rurales e indígenas. El abordaje de "territorio rural" es un tema mucho más amplio que los aspectos que aquí se pueden llegar a tocar, sin embargo, es claro que por la misma complejidad que gira en su entorno, un turismo sostenible aplicado en el medio rural no sería del todo atendido si no se contempla de manera sistémica.  

La reflexión sería entonces, ¿A qué organismo de gobierno le corresponde generar y aplicar una política que cuente con planes y programas que hagan posible la integración de los diversos ámbitos para desarrollar un turismo rural sustentable? ¿A SECTUR?, ¿SEMARNAT?, ¿SAGARPA?, ¿CDI? ¿CONACULTA?, ¿SECRETARÍA DE ECONOMÍA?